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Florian, del Balís al mundo

Florian Trittel en un campeonato de Optimist en Melilla 2007

 

Florian Trittel siempre ha (Münsterlingen, Suiza, 23 de mayo de 1994) ha vivido ligado al mar, una pasión que le viene de familia. Empezó a navegar desde bien pequeño cuando sus padres le regalaron un Optimist por Navidad y se empezó a forjar como regatista en el CN El Balís. Desde entonces no ha hecho más que crecer, cosechando múltiples éxitos en categoría juvenil y absoluta, donde destaca el un Campeonato Europeo (2022) y un Subcampeonato Mundial (2022).

Con 30 años, afronta unos Juegos Olímpicos en los que opta a colgarse una medalla de la mano de Diego Botín, con quien lleva preparando la cita olímpica desde hace más de 3 años. Además del mar, también le apasiona la velocidad, por eso compite en 49er, donde las embarcaciones literalmente planean y le hacen “liberar toda la adrenalina y ser feliz”.

¿Cómo empezó tu pasión por la navegación? ¿Tus padres ya se dedicaban a la vela y te lo transmitieron o surgió de forma espontánea?

Mi padre empezó a navegar en Optimist a los 6 años en Canet de Mar y fue él quién me inculcó la pasión por el mar. Por tanto, mi experiencia navegando se remonta a cuando era un niño y descubrí ya que podía navegar solo. En Navidad mis padres nos regalaron a mi hermano mayor Lucas y a mí un Optimist usado a cada uno que recuerdo con especial ilusión: ¡tenía mi propio barco!

Desde entonces comenzamos a navegar cada fin de semana. Tanto mis abuelos como mis padres son muy aficionados a la vela y siempre han tenido un pequeño yate. Por eso, de niños, mi madre, mis hermanos y yo pasábamos los veranos en el barco amarrado en puerto y disfrutando de la vida náutica. Más adelante, hacíamos cruceros en las islas Baleares con nuestro “Timpete” (una embarcación de vela de unos 10 metros). Todo eso ha ido desarrollando mi enorme pasión por la vela y el mar. Me siento muy afortunado poder combinar esta pasión especial con mi día a día, ya que mi pasión se ha convertido en mi trabajo.

¿Qué significa el CN Balís para ti? ¿Cómo recuerdas tus inicios en el club?

El CN Balís tiene una importancia muy especial para mí ya que fue donde me forjé como regatista y siendo también un apoyo muy importante para mí a lo largo de mi trayectoria como deportista de élite.

En el 2005 la 1ª flota de regatas de Optimist del CN Arenys de Mar se traspasó al CN El Balís para poder seguir evolucionando como regatistas y poder optar a ganar regatas nacionales. Fue un momento difícil ya que éramos un grupo muy bueno y unido de amigos y amigas, una muy buena entrenadora y queríamos seguir unidos.

Fue una gran alegría saber que el Balís nos acogería como grupo completo. Estuvimos muy felices, seguimos evolucionando deportivamente hasta poder recompensar al Club su “inversión” y confianza con el título de Campeones de España por equipos de clubes en el 2008.

El CN Balís siempre nos ofreció todo lo necesario para conseguirlo, lo cual también incluía el establecimiento de la nueva clase 29er. Creo que esto es importante, ya que así después del Optimist pude permanecer en el club corriendo varios años como juvenil. Primero lo hice con mi hermano Lucas ganando el Campeonato de España en Tenerife en el 2010 y representando a España en el Mundial Juvenil ISAF en Estambul. Más adelante me uní a Carlos Robles, con quién cosechamos bastantes títulos: Campeonato de España, Eurocup, Mundial Juvenil ISAF, así como del Mundial absoluto en Travemünde. Todo esto con nuestra base principal en el CN El Balís y el apoyo continuado del club a nivel de entrenadores/as, lanchas, remolques, logística, etc.

¿Cuáles son tus características como regatista? ¿Cuáles son tus puntos fuertes?

Creo que soy un allrounder a bordo, que entiendo cómo puedo ejercer todas las funciones a bordo si conviene. Puedo llevar la caña al igual que formar equipo como tripulante. En el 29er, el Nacra 17 y el 49er, la función del tripulante incluye también, entre otras cosas, llevar la escota de mayor en ceñida, el trimado de las velas y parte de la táctica.

Como puntos fuertes, mis padres dirían que tengo un talento especial de movimiento corporal lo cual ayuda a mantener el barco estable en cada momento y sincronizado con el patrón. Además, por circunstancias, desde muy joven he navegado en clases rápidas (29er, 49er) e incluso con foils (en kite y en Nacra 17), por lo que he aprendido que aunque esté planeando a toda velocidad, pueden faltar todavía 1-2 nudos más de velocidad para llegar al máximo potencial. Es la diferencia entre la vela clásica (barcos de desplazamiento) y la vela rápida (barcos planeadores o voladores).

A los 14 años ya dejé la vela clásica y desde entonces sólo me he especializado en barcos rápidos que también se llaman skiffs. También añadiría que estoy invirtiendo mucho en seguir fortaleciendo mi parte mental, algo fundamental en el deporte de alto nivel. Cuando tenía 14 años, mi padre me llevó a un monasterio budista junto con mi hermano Lucas y Carlos Robles y durante más de un año donde aprendimos lo que es la mente, entender cómo funciona, entrenarla mediante la meditación e intentar calmarla o dominarla para evitar que una prueba fallada tenga muchos efectos negativos en las siguientes. Hoy esto me sirve mucho porque todo el mundo comete errores en una regata, pero la diferencia radica en cómo los gestionas: puedes hundirte o aprender de los mismos y seguir adelante.

¿Podrías explicarnos cómo fue tu transición de hacer kitesurf a 49er? ¿Volverás a competir en kite algún día?

Cumplidos los 18 años quería participar en los Juegos Olímpicos y sabía que el kitesurf estaba propuesto como nueva clase dentro de la vela. Ya que vivía en Tarifa durante mis estudios pude entrenar a diario y competir a nivel internacional, primero en kite race y más adelante en kite foil.

Desafortunadamente, en los JJOO de Río se decidió no incorporar el kite race para los JJOO de Tokio, lo que me desmotivó bastante. Por casualidad, en esa misma época, Antón Paz, que había formado tripulación con Tara Pacheco en Nacra 17, dejó la vela olímpica por lo que Tara buscaba un tripulante para preparar la campaña olímpica del Tokio para el 2020.

Aunque la preparación fue muy corta, pudimos clasificarnos como primera tripulación española. Participamos en los Juegos de Tokio en el 2021 acabando sextos y allí se produjo la posibilidad de hacer una nueva campaña olímpica en 49er con Diego Botín para los próximos JJOO de París 2024. Desde entonces navego con Diego en 49er focalizados en conseguir una medalla olímpica juntos.
A día de hoy no sé si volveré a competir en kite algún día. Es un deporte fantástico y, de hecho, el más rápido no sólo de la vela, sino incluso de todos los deportes olímpicos. Eso impresiona y es siempre un reto, pero ahora mismo estoy muy feliz con navegar en 49er y compaginarlo con la campaña de SailGP.

¿Qué diferencia al 49er de las demás embarcaciones y por qué se adapta tan bien a tus características?

El 49er es un skiff, osea un barco que está diseñado para planear. Cuanto más rápido navega, más estable se vuelve. Es un concepto que contrasta con los barcos clásicos que son más lentos y sólo planean con mucho viento y la ayuda de las olas.
Yo disfruto muchísimo navegando rápido y planeando casi siempre, no sólo me activa la adrenalina, sino que me hace feliz.

Creo que más bien he sido yo el que se haya adaptado a las diferentes características de estos barcos rápidos sin foils (29er y 49er) y con foils (kite y F50 de SailGP). Ya de muy joven aprendí a navegar en estos barcos rápidos para gestionar y superar ese miedo inicial a las altas velocidades asumiéndolo con el tiempo como algo normal y muy gratificante.

¿Cuál es el objetivo de cara a los JJOO? ¿Visualizas opciones de medalla?

Diego y yo nos clasificamos con cierta holgura hace menos de un año. Nuestro objetivo es ganar una medalla. Si puede ser la de oro, encantado. Al menos toda nuestra preparación ha estado y está orientada exclusivamente en este objetivo.

¿Cuál es tu preparación de cara a los juegos olímpicos? ¿Haces algo diferente a otras competiciones como puede ser un europeo o un mundial?

La preparación que hemos hecho para estos JJOO ha sido estratégica, muy minuciosa y bastante más completa que para un mundial o europeo. Aparte de entrenamientos en las condiciones de vientos y olas que se esperan en Marsella, hemos realizado infinitas pruebas con las nuevas velas negras debido a sus características diferentes y su trimado exigente, pruebas con cascos diferentes, preparación en ejercicio físico, alimentación, mentalización, meteorología, táctica, etc.

¿Con cuánto margen se preparan unos Juegos Olímpicos?

En nuestro caso empezamos hace 3 años justo después de los JJOO de Tokio, ya que no sólo pudimos determinar el mismo objetivo de participar e intentar ganar una medalla, sino también en cómo hacerlo para conseguirlo.

¿Cuáles son tus aficiones fuera de la navegación?

Por nombrar algunas diría surf y snowboard. Pero estos tres últimos años han sido tan intensos con la preparación olímpica, que no las he practicado. Simplemente no he tenido tiempo para ello y no podía arriesgarme una lesión. Además, el mínimo tiempo “libre” que tenía, lo he aprovechado con la oportunidad de participar en las regatas del SailGP, considerados los Fórmula 1 del mar.